Perteneció a don Bernardo Bartruille, poblador de Carmen de Patagones y otro de los participantes de la defensa de 1827. Este vecino realizó numerosas donaciones en vida y, por testamento dejó en herencia esta casa a uno de sus sobrinos, con la condición de que lo producido por la “tahona” (piedra para moler trigo) allí instalada, se solventará el sostenimiento de la escuela pública. Casona típica de una arquitectura que suma dos siglos: paredes de barro y paja, tirantes marcados a golpe de hacha, entramado de varas de mimbre atadas con tientos de cuero, tejas de barro y patio amplio. Fue adquirida por un grupo de vecinos y donada a la Municipalidad.